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Foto del escritorJosé Pablo García Roldán

Reputación y Navidad: cómo manejar las expectativas del consumidor sin comprometer la imagen corporativa

La época festiva representa una de las temporadas más estratégicas para las empresas, especialmente en mercados de alta competitividad.


En este contexto, donde el consumo se intensifica y las expectativas de los consumidores aumentan, las compañías enfrentan un desafío delicado: aprovechar el momento para aumentar sus ventas, sin comprometer los valores que definen su reputación.


Este equilibrio no es trivial, ya que cualquier desviación percibida en los principios de marca o en la integridad corporativa puede impactar directamente en la percepción pública y en la confianza del consumidor a largo plazo.


Para los altos ejecutivos de empresas con sólida reputación, la pregunta clave es cómo satisfacer las expectativas de los consumidores durante la época festiva, mientras se preserva la coherencia y autenticidad de la marca.


A continuación, se presentan algunas consideraciones para lograr ese equilibrio. El fin es evitar que estrategias comerciales agresivas, promociones festivas y mensajes navideños puedan mermar la percepción de la marca en el mercado.


Definición clara del propósito de marca y su coherencia en la época festiva

La reputación de una empresa se cimienta en la coherencia entre sus acciones y su propósito de marca.


En tiempos festivos, cuando las empresas buscan conectar emocionalmente con sus consumidores, es crucial recordar que el propósito debe actuar como brújula.


Toda campaña o acción debe plantearse: ¿esta promoción o mensaje refleja genuinamente los valores y el propósito que sostiene nuestra marca?


La coherencia es esencial porque los consumidores actuales no solo buscan productos, sino experiencias y marcas con las que puedan sentirse alineados a nivel personal y emocional.


En este sentido, una promoción agresiva o un mensaje navideño superficial, sin vinculación con los valores de la compañía, puede ser visto como oportunista y afectar negativamente la reputación de la empresa.


Descuentos agresivos: un arma de doble filo para marcas de prestigio

Los descuentos agresivos en la época festiva pueden aumentar el volumen de ventas a corto plazo, pero también presentan riesgos significativos para las marcas con una reputación sólida.


Para una compañía reconocida por su exclusividad o valores de calidad y sostenibilidad, un descuento elevado puede llevar a una erosión de la percepción de valor en la mente del consumidor.


Un descuento que no se alinea con el posicionamiento de marca puede generar desconfianza, llevando al consumidor a cuestionar si el producto o servicio tiene un valor real.


En su lugar, las empresas pueden optar por promociones que refuercen el valor de la marca, como ofertas de servicios adicionales, personalización o experiencias exclusivas que recompensen la lealtad sin diluir el valor de sus productos.


Para marcas de lujo o reconocidas por su exclusividad, una opción menos agresiva pero efectiva podría ser ofrecer valor añadido, como un acceso anticipado a futuras colecciones, una experiencia especial o un detalle personalizado.


Este enfoque no solo incentiva la compra, sino que refuerza el carácter distintivo de la marca y su relación única con el cliente.


Autenticidad en los mensajes navideños: evitar el oportunismo

En la era de la sobreexposición a mensajes comerciales, los consumidores han desarrollado una habilidad casi instintiva para detectar la falta de autenticidad.

Un mensaje navideño vacío o excesivamente comercial puede interpretarse como oportunista, generando una percepción negativa de la empresa.


Para evitar este problema, los mensajes navideños deben estar alineados con los valores que la marca promueve durante todo el año.


Las empresas que han construido una imagen en torno a la sostenibilidad, por ejemplo, pueden comunicar en Navidad cómo están reduciendo el impacto ambiental de sus operaciones.


Esto no solo refuerza la credibilidad, sino que añade un valor emocional a la campaña, ya que el consumidor percibe una coherencia en el discurso y en las acciones de la marca.


El tono del mensaje también es relevante: una marca centrada en la exclusividad debe emplear un enfoque más sutil, mientras que una con valores cercanos a la familia y la comunidad podría optar por una narrativa emocionalmente más abierta y participativa.


Estrategias de comunicación que resalten el compromiso con la comunidad

La Navidad representa una oportunidad única para que las empresas refuercen su compromiso con la comunidad y sus valores corporativos.


Actividades y campañas posicionadas desde la sostenibilidad y criterios ASG (ambientales, sociales y de gobernanza) pueden consolidar una imagen positiva y generar un impacto duradero en la percepción de la marca.


Sin embargo, la comunicación de estas iniciativas debe ser cuidadosa, muy en especial cuando son temas sociales. Una campaña navideña de caridad o donación debe comunicar una intención genuina y no parecer una táctica para ganar buena voluntad.


Los consumidores actuales son especialmente críticos ante las acciones que perciben como “lavado de imagen”.


Para las marcas, esto implica que las actividades sostenibles deben alinearse con una visión de largo plazo y no ser un esfuerzo estacional; de lo contrario, podrían ser criticadas y acusadas de prácticas de “greenwashing”.


Un ejemplo eficaz es aquel en el que la marca involucra a sus clientes en el proceso, como donar un porcentaje de cada compra a una causa social en lugar de un simple anuncio de caridad.


Este enfoque no solo genera una percepción positiva de la marca, sino que invita al consumidor a formar parte de un esfuerzo más grande, incrementando su sentido de lealtad y afinidad hacia la empresa.


Mantener la coherencia para construir una reputación sólida

Para las empresas de alto prestigio, la época navideña es una oportunidad y un reto simultáneamente. La clave para satisfacer las expectativas de los consumidores sin comprometer la reputación corporativa radica en la coherencia: cada acción debe reflejar los valores de la marca y su propósito.


Los ejecutivos deben adoptar una visión a largo plazo, considerando que las estrategias que preservan la integridad de la marca resultan en un activo invaluable de confianza y lealtad.


En un entorno donde la imagen corporativa es cada vez más valiosa, este enfoque basado en la autenticidad y la consistencia se convierte en el pilar de la sostenibilidad reputacional de la empresa.


Artículo publicado por el diario el observador.cr



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